Tras la publicación del Documento de consenso español sobre Cardio-Oncología1, nuestra Comisión de Trabajo Nacional de Cardio-Oncología, formada por representantes de las Sociedades Españolas de Cardiología (SEC), Oncología Médica (SEOM), Hematología y Hemoterapia (SEHH) y Oncología Radioterápica (SEOR), realizó una encuesta de ámbito nacional con el objetivo de conocer la importancia percibida de la monitorización cardiaca sistemática, la atención de las complicaciones cardiovasculares (CV) relacionadas con el tratamiento antitumoral y la relación institucional entre los diversos especialistas involucrados en la asistencia de los pacientes con neoplasias (material suplementario).
Se diseñó una encuesta electrónica que se distribuyó por todo el país a través de las 4 sociedades científicas mencionadas. Se entregó un único cuestionario a los jefes de servicio; sin embargo, se aceptaron las respuestas de jefes de sección u otros facultativos. El periodo de estudio fue el comprendido entre septiembre de 2016 y junio de 2017. Se enviaron múltiples recordatorios electrónicos a quienes no respondieron en ese tiempo.
Se recibió un total de 202 respuestas: 58 (29%) de oncólogos médicos, 36 (18%) de hematólogos, 51 (25%) de oncólogos radioterápicos y 57 (28%) de cardiólogos. La tasa general de respuesta fue del 39%. La mayoría de las respuestas procedieron de hospitales terciarios (65,3%).
En el cuestionario se solicitaba al encuestado que puntuara cómo percibía la importancia de diversos aspectos relevantes sobre la cardiotoxicidad, entre 1 (menor importancia) y 10 (mayor importancia). En la figura se muestra el porcentaje de encuestados de cada especialidad que consideraron muy importante (8-10 puntos) cada cuestión. La mayoría de los participantes (87%) manifestaron que se debe monitorizar las complicaciones CV relacionadas con el tratamiento del cáncer y estimaron que la existencia de una estructura multidisciplinaria organizada y el uso de protocolos estandarizados de seguimiento podrían mejorar la atención de los pacientes con cáncer y enfermedad CV (el 87 y el 79% respectivamente). Los encuestados reconocieron la utilidad de identificar y tratar los factores de riesgo CV (82%), y el 77% de ellos consideraron muy importante la elaboración de programas de seguimiento a largo plazo de los supervivientes. La literatura existente indica que la interrupción temprana del tratamiento oncológico repercute negativamente en el pronóstico del cáncer2; sin embargo, la percepción sobre la relevancia de este asunto fue menos uniforme (entre el 55 y el 78%).
Porcentaje de encuestados de cada especialidad que consideraron cada cuestión muy importante (puntuación de 8 a 10) en una escala de 1 a 10 puntos. Preguntas: 1. ¿Qué importancia tiene la monitorización cardiaca en la detección de posibles complicaciones CV durante el tratamiento antitumoral? 2. ¿Cree que es necesario establecer una estructura organizada multidisciplinaria de las diversas especialidades que participan en la asistencia del paciente oncológico? 3. ¿Considera que la elaboración de un protocolo específico para el seguimiento de las complicaciones CV es importante? 4. ¿Considera esencial identificar y tratar los factores de riesgo CV de los pacientes oncológicos? 5. ¿Qué repercusión tienen las interrupciones del tratamiento oncológico en el pronóstico del cáncer? 6. ¿Cree que es relevante realizar un seguimiento a largo plazo de los supervivientes a un cáncer para la detección de las complicaciones CV? CV: cardiovascular.
Aunque la mayoría de los encuestados consideraron que la cardiotoxicidad repercute significativamente en los pacientes oncológicos, solo 24 centros (12%) indicaron la existencia de una unidad estructurada de cardio-oncología. Otros 30 encuestados (14,8%) señalaron la existencia de 1 cardiólogo dedicado más específicamente a la asistencia de los pacientes con complicaciones CV relacionadas con el cáncer. Lamentablemente, los 148 centros (73,3%) restantes no ofrecían servicios específicos de cardio-oncología, pero 76 (13,4%) tenían previsto hacerlo en un futuro próximo.
La mayor parte de los centros indicaron que los principales obstáculos para la creación de una unidad de cardio-oncología son las prioridades del servicio (38,6%), la falta de financiación (5,9%) y la ausencia de guías basadas en la evidencia y de médicos de plantilla con formación especializada (17%).
En el 71% de los centros, la evaluación inicial del riesgo de cardiotoxicidad y la decisión de remitir a los pacientes a las consultas de cardiología dependen de oncólogos o hematólogos. Solo en un 25% de los centros, la monitorización cardiaca durante el tratamiento antitumoral se programa según un protocolo específico, y en hasta un 58% este seguimiento se realiza sin ningún protocolo. En total, el 94% de los participantes confirmaron el uso de la ecocardiografía como técnica de imagen de elección en la monitorización cardiaca. No obstante, el 37% indicó que seguía usando la ventriculografía isotópica (MUGA) debido a la menor disponibilidad de ecocardiografía en sus centros. Solo la mitad de los participantes indicaron el uso de biomarcadores cardiacos en su práctica clínica, con gran heterogeneidad entre las diversas especialidades. Una vez producida la cardiotoxicidad, el 27% de los participantes indicaron que a todos los pacientes los evalúa el equipo de cardio-oncología o se los remite a las consultas de cardiología. Sin embargo, el 60% afirmó que remitía al cardiólogo solo a pacientes seleccionados (tabla).
Principales resultados relativos a la evaluación del riesgo de cardiotoxicidad, los métodos de seguimiento y el manejo
Oncología Médica, % | Oncología Radioterápica, % | Hematología, % | Cardiología, % | Total, % | |
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La evaluación inicial del riesgo de CTX la realiza un especialista en oncología/hematología | 68,9 | 74,5 | 77,1 | 67,2 | 71,3 |
Monitorización cardiaca durante el tratamiento antitumoral sin protocolo específico | 56,9 | 47,5 | 61,1 | 66,7 | 58,5 |
Uso de ecocardiografía en la monitorización cardiaca | 98,3 | 85,4 | 94,4 | 98,2 | 94,5b |
La ecocardiografía es la técnica de imagen de elección para la detección sistemática de CTXa | 64 | 31,4 | 58 | 86 | 63,4b |
Uso de ventriculografía isotópica (MUGA) para la detección de CTX | 41,4 | 52 | 23 | 28 | 36,9b |
La ventriculografía isotópica (MUGA) es la técnica de imagen de elección para la detección de CTXa | 24,1 | 41,1 | 17,6 | 5,2 | 25,2b |
Uso de biomarcadores para la detección de CTX | 34,5 | 31,8 | 72,2 | 59,6 | 48,2b |
Especialistas en oncología y cardiología evalúan conjuntamente a los pacientes con CTX | 47,4 | 21,6 | 19,4 | 17,5 | 27,4b |
Un especialista en oncología evalúa a los pacientes con CTX, y se remite a un cardiólogo solo a algunos pacientes seleccionados | 47,4 | 56,9 | 66,7 | 71,9 | 60,2b |
Cada año se remite a una consulta de cardiología a menos de 100 pacientes con cáncer de nuevo diagnóstico | n. p. | n. p. | n. p. | 52,6% | n. p. |
Número de exploraciones de ecocardiografía realizadas a pacientes con cáncer | n. p. | n. p. | n. p. | < 100: 24,6% 100-500: 47,4% 500-1.000: 19,3% > 1.000: 7,0% No sabe/no contesta: 1,7% | n. p. |
Número de exploraciones de imagen cardiacas realizadas a pacientes con cáncer | n. p. | n. p. | n. p. | < 100: 28% 100-500: 31,6% 500-1.000: 12,3% > 1.000: 10,5% No sabe/no contesta: 17,5% | n. p. |
CTX: cardiotoxicidad; n. p., no procede.
Nuestros resultados reflejan una notable concienciación respecto a las repercusiones negativas de la cardiotoxicidad en la evolución de los pacientes oncológicos. Esto es coherente con lo indicado en encuestas previas, en las que la mayoría de los participantes afirmaron conocer la toxicidad CV derivada de los tratamientos oncológicos3,4 No obstante, el porcentaje de centros en nuestro país que disponen de una unidad de cardio-oncología establecida (12%) es muy inferior al descrito en los hospitales de Estados Unidos (27%)3. Dado que en nuestro entorno quienes realizan la evaluación inicial del riesgo de cardiotoxicidad generalmente son especialistas no cardiólogos, es imprescindible el desarrollo de protocolos locales de seguimiento para mejorar la asistencia CV. Nuestra encuesta subraya la necesidad de una estrecha colaboración entre especialistas en procesos neoplásicos y cardiólogos, de una formación más específica y de disponer de más recursos para hacer posible la existencia de una estructura organizada de cardio-oncología.
El porcentaje de respuesta y la distribución heterogénea de los encuestados entre las especialidades fueron las principales limitaciones de nuestro estudio.
Agradecemos la colaboración de los miembros de la Comisión de Trabajo Nacional de Cardio-Oncología de España: Dr. Pascual Marco Vera, Dr. Juan José González Ferrer, Dr. Ángel Montero Luis, Dr. Juan Antonio Virizuela Echaburu, Dr. Sebastia Sabater y Dr. Andrés Iñiguez Romo.