El Dr. Juan Gibert-Queraltó nació en la ciudad de Terrasa en 1907. Hizo la licenciatura de medicina en cuatro años y posteriormente consiguió una beca de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña, trasladándose a París donde completó su formación con el Profesor Lian, afamado cardiólogo de aquella época. Después, se trasladó a Viena, donde trabajó con Scherf y Eppinger, y, en el terreno experimental, con Rothberger.
En 1943 a los 36 años gana, tras brillantes oposiciones, la Cátedra de Patología Médica de Zaragoza. Al año se traslada a Barcelona, para ocupar la vacante producida por el fallecimiento del Profesor Ferrer Solervicens, que ocupa hasta su jubilación en 1978.
Desde su Cátedra de Barcelona, el Profesor Gibert-Queraltó dirigió el Departamento de Cardiología de la Cátedra del Profesor Pedro Pons, y dedicó una atención preferente al desarrollo de la cardiología. Desde allí organizó los «Cursos anuales de especialización en fisiopatología circulatoria», en los que colaboraban los cardiólogos más relevantes de Barcelona. A la vez, supo crear un grupo de cardiólogos con nueva mentalidad hemodinámica, apoyada en la clínica más rigurosa, que constituyó la base para el inicio de la cirugía cardíaca practicada por Paravisini, recién llegado de Estados Unidos, que junto a Gregorich, Torner Soler, Morató, Balaguer y Carrasco, constituyen el equipo de trabajo que fue la base de la primera Escuela de Posgraduados: la Escuela de Cardioangiología de Barcelona creada por Gibert-Queraltó en 1952, institución única en España durante más de diez años. Entre 1954 y 1972, la Escuela concedió 196 diplomas de especialistas entre los que se cuentan figuras destacadas de la cardiología española y de América latina, hasta que en 1972 se introduce en España el programa MIR para la obtención del título de especialista.
La contribución personal del Profesor Gibert-Queraltó a los congresos y reuniones nacionales e internacionales fue muy importante, lo que contribuyó a abrir a sus colaboradores las puertas de los centros más prestigiosos del extranjero.
Una línea de investigación clínica del Profesor Gibert-Queraltó, fruto del desarrollo en su servicio de tecnologías punteras, fue la del cateterismo cardíaco, que se empezó a utilizar en su servicio desde el año 1949. Se logró la cateterización de las cavidades cardía cas izquierdas por vía arterial retrógrada, lo que permitió el registro del electrocardiograma intracavitario izquierdo, demostrando, por primera vez en el mundo, su positividad en un paciente con bloqueo de rama izquierda. Estos trabajos fueron presentados en el primer Congreso Internacional de Cardiología que se celebró en París en el año 1950.
En 1959 fue nombrado Presidente de Honor de la Sociedad Española de Cardiología. Fue el reconocimiento de la Sociedad por haber participado tan activamente en el vertiginoso desarrollo de la cardiología y en la aplicación de nuevas técnicas de exploración. Esta labor la resumió perfectamente en 1956 en el II Congreso Luso-Español de Cardiología con la conferencia titulada «Nuevos métodos de exploración fisiopatológica para la indicación quirúrgica de las cardiopatías congénitas y adquiridas», con la colaboración de Torner, Balaguer, Morató y Gregorich. Esta ponencia consagró a la Escuela de Cardioangiología de Barcelona como núcleo que iba a dinamizar la cardiología española.
Fue el Presidente de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña y Baleares durante los años 1958 a 1966. En 1961 fue nombrado académico numerario de la Real Academia de Medicina de Barcelona, donde expuso su discurso de presentación sobre «El componente metabólico de la etiopatogenia de la insuficiencia cardíaca», y en 1991 fue nombrado Académico de la Real Academia Nacional de Medicina.
Como fruto de su incansable actividad científica fue nombrado miembro correspondiente o de honor de múltiples sociedades médicas: Miembro Correspondiente de la Societé Française de Cardiologie en 1949, Miembro Honorario de la Sociedad Argentina de Cardiología en 1952, Miembro de Honor de la «Deutsche Gesellschaft Kreislaufforschung» en 1954, Socio Correspondiente de la Sociedad Portuguesa de Cardiología, Miembro Correspondiente de la «Societè Suisse de Cardiologie», Consejero de la «Internacional Society of Cardiology», Miembro Numerario de la «American Heart Association», Miembro Correspondiente de la «Societé Européene de Chirurgie Cardiovasculaire», y otros más que no cito por falta de es pacio.
Así mismo, fue objeto de varias distinciones: Comendador con placa de la Orden Civil de Sanidad, Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad, Officier de L'Ordre de la Santé Publique, Croix de Commandeur de L'Ordre International du Bien Publique, Medalla «al mérito al trabajo», categoría de plata y Llave de la Ciudad de Barcelona en 1968.
Formó parte del Consejo de Redacción de numerosas revistas médicas, entre las que destacamos American Heart Journal, Cardiología y Malattie Cardiovaculari. Su obra escrita es ingente, publicó 230 trabajos entre los que hay que destacar su Monografía sobre la Hipertensión Arterial, su contribución al libro sobre Endocarditis Lenta y el volumen de cardiología del tratado de Patología Médica dirigido por el Profesor Pedro Pons.
En 1956, durante la celebración del III Congreso Europeo de Cardiología en Estocolmo, el Profesor Gibert-Queraltó sufrió un gravísimo accidente que le ocasionó catorce fracturas, quedando tres días en coma, lo que le apartó de la vida activa durante meses. A una persona exenta de su tenacidad y coraje le hubiera sido difícil reintegrarse a la actividad científica, como él hizo, con el mismo entusiasmo y la misma intensidad de dedicación.
En 1974, el Profesor Gibert-Queraltó fue nombrado Director del Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina de Barcelona, cargo que ostentó hasta su jubilación en 1978. A partir de entonces, y mientras su salud se lo permitió, no dejó de trabajar, ir a la Facultad, asistir a las sesiones clínicas, dar conferencias y seguir publicando.
Fue el Dr. Gibert-Queraltó un gran trabajador, tirano del deber impuesto, tenaz en el logro de sus objetivos, dotado de una memoria prodigiosa y de un gran dominio de los idiomas. Además del alemán, francés e inglés, que dominaba a la perfección, conocía el italiano y llegó a estudiar el árabe y el húngaro.
El trato con sus colaboradores lo fue en un clima de confrontación deportiva, aceptando las reglas del juego y del trabajo en equipo, lo que explica que de su Departamento salieran seis académicos Numerarios de la Real Academia de Medicina de Cataluña, cuatro Presidentes efectivos de la Sociedad Española de Cardiología y un Presidente de la Federación Mundial del Corazón.
Deja a dos hijos, el mayor, Juan, es catedrático de Farmacología de la Facultad de Medicina de Cádiz; Jordi, el segundo, le acompañó hasta su muerte.
Adela, su esposa, tristemente ya no estaba a su lado desde hacía años, pero como decía Pedro Pons con motivo de su ingreso en la Academia, «la providencia puso en el camino de Gibert a Adela Rahola, a la que considero no por lo que tiene de universitaria, sino precisamente por sus cualidades de mujer, como la consejera idónea de un Profesor. En toda la actuación y obra que ha llevado a cabo Gibert, hallamos la presencia activa y ordenadora de su esposa».
Reciban sus hijos y familiares el pésame de la Sociedad Española de Cardiología por tan irreparable pérdida, y también el mío propio de admiración y respeto al que fue mi primer maestro.
Barcelona, noviembre de 1998
Miguel Torner Soler