Sr. Editor:
La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente y su incidencia y prevalencia aumentan en paralelo al incremento de las enfermedades cardiovasculares, especialmente a expensas de la población de edad avanzada. En el Estudio de Framingham la prevalencia dobla aproximadamente en cada década de edad, siendo de 0,5% en el grupo de 50 a 59 años y de 9% en el de 80 a 89 años1. Recientemente se ha demostrado que la FA va asociada a un aumento adicional de la mortalidad cardíaca y global, con independencia de la enfermedad cardíaca de base2-4, lo que hace aún más importante su conocimiento en las distintas poblaciones.
Sabemos, por los datos de diversas series, que la etiología y los factores de riesgo asociados a la FA en España son principalmente cardiopatía isquémica e hipertensión arterial5,6. Sin embargo, la incidencia y prevalencia de FA en la población española no han sido estudiadas.
El Estudio REGICOR ha establecido la incidencia de cardiopatía isquémica7 y la prevalencia de factores de riesgo cardiovascular en la provincia de Girona. El estudio transversal de factores de riesgo incluyó a 1.748 individuos de ambos géneros seleccionados aleatoriamente de la población general y estratificados por grupos de edad de 25 a 74 años. La metodología y los resultados han sido expuestos con detalle8, pero cabe decir que la tasa de respuesta fue del 72%. Además de registrarse los factores de riesgo, en todos los participantes se obtuvo un electrocardiograma que permitió el diagnóstico de FA.
En la tabla 1 se expone la prevalencia de FA separada por géneros y grupos de edad. Observamos que en los varones es desde el 0,7% en el grupo de 25 a 35 años hasta el 2,2% en el grupo de 65 a 74 años, con un total de 1,1%. En las mujeres no se registra ningún caso hasta el grupo de 55 a 64 años, siendo la prevalencia el 0,9% para este grupo, y el 0,6% para el de 65 a 74 años, con un total de 0,3%. La prevalencia combinada para ambos géneros es desde 0,4% en el grupo de 25 a 34 años hasta 1,4% en el grupo de 65 a 74 años, con un total para toda la muestra de 0,7%.
El análisis de estos datos se enfrenta a limitaciones importantes. La principal es que excluye a la población por encima de 74 años de edad, que es la más propensa a padecer enfermedades cardiovasculares y la que registra la mayor prevalencia de FA. En segundo lugar, hay que tener precaución al extraer conclusiones de números absolutos bajos (un total de 12 casos de FA) en una muestra relativamente pequeña (1.748 personas) de un estudio no diseñado para establecer la prevalencia de FA. No se registró ningún caso en algunos grupos de edad, lo que indica que la prevalencia debe ser muy baja en dichos grupos y sería precisa una muestra más amplia para establecerla de manera apropiada. Finalmente, sólo se registró la FA crónica presente en el momento del examen y no otras formas como paroxística o intermitente. Con todo, al comparar con poblaciones anglosajonas como Framingham1 y Escocia4 llama la atención que la prevalencia (0,5% hasta 59 años y 0,7% hasta los 64 años, respectivamente) es similar a la de Girona a pesar de la mayor incidencia y prevalencia de cardiopatía isquémica de aquéllas.
Podemos concluir que la prevalencia de FA en la población de Girona es baja, si bien aumenta con la edad hasta los 75 años, y es similar a la de otras poblaciones de países industrializados hasta este límite de edad. Necesitamos estudios más amplios para delimitar mejor el problema y para conocer su alcance por encima de los 75 años de edad en nuestro medio.