La hipertensión pulmonar (HP) es una condición fisiopatológica y hemodinámica compleja. Se caracteriza por una elevación persistente de la presión arterial pulmonar (PAP), definida por una PAP media > 25mmHg. La HP puede tener su causa en múltiples etiologías. Es una enfermedad progresiva y fatal si no se trata, aunque la tasa de progresión es muy variable. El manejo de la HP se basa en la implementación temprana de un tratamiento de soporte, así como de terapias específicas para cada tipo de paciente y de etiología. Para su manejo se requieren equipos multidisciplinarios en centros especializados.
El tratamiento específico de la HP se centra en la utilización de agentes que inducen un efecto vasodilatador en la vasculatura pulmonar, cuyo objetivo es, por lo tanto, la reducción de las resistencias vasculares pulmonares (RVP). Recientemente, distintos tratamientos han mejorado la evolución de estos pacientes, y se puede utilizarlos en combinación en los casos más avanzados. En pacientes seleccionados, con enfermedad avanzada y progresiva, algunos procedimientos quirúrgicos, como la septostomía auricular y el trasplante pulmonar1,2, permiten prolongar la vida.
Una de las consecuencias de la HP es la insuficiencia del ventrículo derecho (VD). La disfunción grave del VD es una complicación que se puede presentar, entre otras situaciones, en el postoperatorio de cirugía cardiaca y de trasplante pulmonar3. El manejo de la disfunción del VD se basa en el tratamiento de la causa desencadenante, la optimización de la precarga, el empleo de fármacos inotrópicos para maximizar la función miocárdica, la reducción de las RVP y la utilización de estrategias de ventilación mecánica orientadas a minimizar el impacto de la presión positiva en la poscarga del VD. Estas estrategias se discuten con detalle en el artículo de Balcells et al4 de esta monografía.
Vicente et al5, por su parte, revisan las diferentes herramientas diagnósticas disponibles en quirófano. Dado que todas ellas están sujetas a diferentes limitaciones, una estrategia personalizada permite aprovechar las ventajas que las hacen complementarias.
Una adecuada estratificación del riesgo es de gran interés para mejorar el pronóstico de los pacientes tributarios de cirugía cardiaca. En este sentido, Corres Peiretti et al6 resaltan cómo, gracias a una estrategia adecuada, se puede conseguir significativamente mejores tasas de supervivencia de pacientes con insuficiencia del VD aguda y refractaria. Esta estratificación contribuye además a reducir significativamente la estancia hospitalaria.
Finalmente, Rovira7 hace una revisión del papel del óxido nítrico inhalado y expone la experiencia reciente en el tratamiento de situaciones clínicas con alto riesgo de insuficiencia ventricular derecha. Este es un tema de gran actualidad y no solo circunscrito a condiciones quirúrgicas. Por ejemplo, Angus et al8 han publicado la efectividad y el impacto en coste-eficacia de la utilización del óxido nítrico en el manejo de pacientes con lesión pulmonar aguda y disnea del adulto.
No cabe ninguna duda de que este es un tema de actualidad que requiere la colaboración de múltiples especialidades para llevar a cabo un abordaje que beneficie al paciente. Hace falta progresar con trabajos de investigación multidisciplinarios. En este sentido, es importante la dedicación de recursos de la industria, así como de fundaciones y agencias de financiación de investigación. Pensamos que las sinergias entre grupos distantes pero complementarios son la mayor garantía para avanzar en este camino.
FinanciaciónFinanciado en parte con FISS PI11/1122 y Beca Río Hortega (PP).
Conflicto de interesesEl Dr. Rello forma parte del speakers bureau de Linde y ha recibido una ayuda de investigación de Carburos Metálicos. Los autores declaran no tener otro conflicto de intereses respecto a este artículo.