La taquimiocardiopatía (TMC) es una cardiopatía caracterizada por disfunción y dilatación ventricular secundaria a una taquiarritmia mantenida, reversible tras el control de la frecuencia cardiaca. Su diagnóstico se realiza tras descartar otras causas de miocardiopatía y comprobar una recuperación de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) de al menos el 15% tras el control de la frecuencia cardiaca. La disfunción ventricular generada por la TMC es a veces muy grave, y pueden aparecer insuficiencia cardiaca, arritmias y muerte súbita1. La TMC se asocia frecuentemente a fibrilación auricular. En general, se considera una entidad reversible y benigna, motivo por el que probablemente esté infradiagnosticada. Sin embargo, estudios recientes indican la posibilidad de que persista un daño subclínico2-4. Se desconoce el pronóstico real de la enfermedad, los mecanismos subyacentes a su reversibilidad y si condiciona afección subclínica irreversible.
El presente estudio analiza las características clínicas, electrocardiográficas y de imagen cardiaca basales de pacientes con TMC, la evolución a largo plazo y su asociación con efectos adversos durante el seguimiento. Se analizó de manera retrospectiva a una serie de pacientes con diagnóstico de TMC evaluados y seguidos en nuestro centro entre marzo de 2006 y marzo de 2016. Se excluyó a los pacientes con otras cardiopatías y/o posibles desencadenantes. El tratamiento clínico se realizó según las guías de práctica clínica y el criterio del médico responsable. Se analizaron las recaídas de la FEVI en el seguimiento (caída de la FEVI por debajo del 50% o ≥ 15%) tras su recuperación parcial o completa y su asociación con factores pronósticos. Se consideraron recaídas tardías las que ocurrieron a partir del quinto año de seguimiento. La comparación estadística entre grupos se realizó mediante las pruebas de la χ2 y de la t de Student o la U de Mann-Whitney y el análisis de la supervivencia, mediante un modelo de regresión de Cox y el estimador de Kaplan-Meier. El nivel de significación estadística se estableció en p < 0,05.
Se evaluó a 36 pacientes (23 varones) con un seguimiento medio de 3,2 ± 2,9 años (tabla). La causa más frecuente de TMC fue la fibrilación auricular (72%). El 70% de los pacientes no tenían síntomas atribuibles directamente a su arritmia. Durante el seguimiento se observaron 11 recaídas de la FEVI (el 30% de los pacientes; mediana de tiempo desde el inicio hasta la recaída, 3,08 [0,32-8,03] años) como consecuencia de recidiva arrítmica o mal control de la arritmia original, de las cuales 5 (14%) fueron tardías. Los pacientes que sufrieron recaídas no presentaron diferencias significativas en la FEVI al inicio ni una vez recuperada la función ventricular (figura A). No obstante, sí tardaron más en recuperar la FEVI al inicio de la enfermedad (0,39 [0,21-0,75] frente a 1,13 [0,36-4,10] años; p = 0,041) (figura B) y su seguimiento clínico fue significativamente más largo (2,1 ± 2,0 frente a 5,6 ± 3,1 años; p = 0,007). Por el contrario, los pacientes sometidos a ablación de la arritmia desencadenante mostraron tendencia a sufrir menos recaídas (p = 0,076), independientemente del tipo de arritmia ablacionada. No se evidenciaron diferencias significativas en las curvas de supervivencia a las recaídas entre los pacientes con fibrilación auricular y aquellos con otras arritmias (figura C). No obstante, el análisis de regresión de Cox mostró que la fibrilación auricular multiplica por 2,42 el riesgo de recaída en el seguimiento, aunque esta variable tampoco mostró significación estadística (intervalo de confianza del 95%, 0,29-20,4; p = 0,416). Se observó solo 1 muerte, de causa no cardiovascular.
Características de la población de estudio
Sin recaídas, n = 25 (69%) | Recaídas, n = 11 (31%) | Total, n = 36 (100%) | p | |
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Varones | 16 (64) | 7 (63,6) | 23 (63,8) | 0,633 |
Edad al inicio (años) | 60 ± 1 | 61 ± 9 | 61 ± 1 | 0,929 |
Peso (kg) | 78,7 ± 16,3 | 84,0 ± 21,3 | 80,4 ± 17,8 | 0,425 |
Hipertensión | 12 (48) | 6 (54) | 18 (50) | 1 |
Dislipemia | 8 (32) | 7 (64) | 15 (42) | 0,141 |
Diabetes mellitus | 6 (24) | 6 (54) | 12 (33) | 0,073 |
Fumadores | 10 (40) | 2 (18) | 12 (33) | 0,441 |
Troponina T (ng/l) | 22 (11-41) | 17 (10-139) | 18 (10-139) | 0,591 |
NT-proBNP (ng/l) | 2.703 (324-6.270) | 2.135 (606-10.742) | 2.548 (324-10.742) | 0,498 |
Arritmia sintomática | 7 (28) | 4 (40) | 11 (30,5) | 0,689 |
Arritmia causante | ||||
FA | 17 (69) | 9 (82) | 26 (72) | 0,688 |
FA paroxística | 8 (32) | 2 (18) | 10 (27) | 0,688 |
FA permanente | 9 (36) | 7 (64) | 16 (44) | 0,159 |
Aleteo | 7 (28) | 2 (18) | 9 (25) | 0,690 |
ExV | 1 (4) | 0 | 1 (3) | 1 |
FC al diagnóstico (lpm) | 142 ± 30 | 141 ± 20 | 142 ± 27 | 0,926 |
Clase NYHA al inicio | ||||
I | 6 (24) | 2 (18) | 8 (22) | 0,402 |
II | 8 (32) | 3 (27) | 11 (30) | 0,402 |
III | 9 (36) | 3 (27) | 12 (33) | 0,402 |
IV | 2 (8) | 3 (27) | 5 (14) | 0,402 |
Anchura QRS al inicio (ms) | 96 ± 21 | 97 ± 25 | 97 ± 22 | 0,929 |
FEVI al inicio (%) | 32 ± 10 | 34 ± 8 | 33 ± 9 | 0,598 |
DTDVI (mm) | 55,4 ± 7,8 | 57,3 ± 4,8 | 56,0 ± 6,9 | 0,501 |
VTDVI-RM (ml) | 208 ± 52 | 193 ± 48 | 202 ± 49 | 0,554 |
VTDVD-RM (ml) | 161 ± 36 | 146 ± 59 | 155 ± 44 | 0,526 |
Seguimiento (años) | 2,11 ± 2,03 | 5,60 ± 3,15 | 3,17 ± 2,87 | 0,007 |
Ablación de taquiarritmia | 7 (28) | 0 | 7 (19) | 0,076 |
Ablación de FA | 3 (12) | 0 | 3 (8) | 0,538 |
Ablación de aleteo | 3 (12) | 0 | 3 (8) | 0,538 |
Ablación de ExV | 1 (4) | 0 | 1 (3) | 1 |
Tiempo de recuperación de la FEVI (años) | 0,39 (0,21-0,75) | 1,13 (0,36-4,10) | 0,61 (0,21-1,51) | 0,041 |
Tiempo hasta recidiva desde el inicio (años) | 3,08 (0,32-8,03) |
DTDVI: diámetro telediastólico del ventrículo izquierdo; ExV: extrasistolia ventricular frecuente; FA: fibrilación auricular; FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo; NT–proBNP: fracción aminoterminal del propéptido natriurético cerebral; NYHA: clase funcional de la New York Heart Association; RM: resonancia magnética; VTDVD: volumen telediastólico del ventrículo derecho; VTDVI: volumen telediastólico del ventrículo izquierdo.
Los valores expresan n (%), media ± desviación estándar o mediana (intervalo).
A: FEVI al inicio y tras su recuperación completa según hubiera recaída de la FEVI en el seguimiento. B: tiempo hasta la recuperación de la FEVI al inicio según hubiera recaída de la FEVI en el seguimiento. C: supervivencia libre de recaídas de la FEVI en el seguimiento de toda la población (granate) y los pacientes con y sin FA. Log-rank test entre los subgrupos con y sin FA. Eco: ecocardiografía; FA: fibrilación auricular; FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo. Esta figura se muestra a todo color solo en la versión electrónica del artículo.
Se presenta una de las series más extensas de pacientes con TMC. Nuestros datos demuestran que estos pacientes tienen una probabilidad significativa de recaer en el futuro. Estos hallazgos podrían relacionarse con estudios que indican un daño subclínico residual en forma de fibrosis intersticial que causa recidivas y/o eventos adversos en el seguimiento, incluso muerte súbita1–3. Esta hipótesis no se ha confirmado totalmente4, y en nuestra serie, aparte de las recidivas, no se han observado eventos de muerte súbita ni otras complicaciones.
Nuestro estudio no ha hallado datos clínicos, electrocardiográficos o de imagen cardiaca asociados con peor pronóstico, salvo el tiempo de recuperación de la FEVI más largo al inicio. Estudios recientes con resonancia magnética nuclear indican la utilidad de identificar la fibrosis intersticial con mapeo en T1 como predictor de mal pronóstico2. La resonancia magnética realizada a nuestros pacientes no incluyó esta técnica, pero los demás parámetros estudiados no mostraron asociación.
El seguimiento clínico fue significativamente más largo para los pacientes con recaídas, probablemente debido a la necesidad de un control clínico más exhaustivo.
Así, los pacientes con TMC pueden sufrir recaídas de la función ventricular años después de su recuperación. Nuestros datos, aunque limitados por el reducido tamaño de la muestra y el carácter retrospectivo del estudio, indican que se trata de una entidad probablemente no tan benigna y, dado que puede recidivar, requiere seguimiento a largo plazo con control exhaustivo de la frecuencia cardiaca.