La obesidad es un importante factor de riesgo cardiovascular. En España son pocos los estudios que hayan realizado una medición física del peso y la estatura para estimar la magnitud del problema. El objetivo de este estudio es determinar la prevalencia de obesidad infantil y juvenil en España en 2012.
MétodosEstudio transversal sobre una muestra probabilística, representativa de la población española, de 978 niños entre los 8 y los 17 años. Se midió objetivamente el peso y la estatura del menor, junto con otras variables sociodemográficas. Se calcularon las prevalencias de sobrepeso y obesidad siguiendo criterios de la Organización Mundial de la Salud, la International Obesity Task Force y el estudio español enKid.
ResultadosEn el grupo de edad de 8 a 17 años, en 2012 la prevalencia de sobrepeso es del 26% y la de obesidad, del 12,6%; 4 de cada 10 jóvenes sufren exceso de peso. En el grupo comprendido entre los 8 y los 13 años, el exceso de peso supera el 45%, mientras que para el grupo de 14 a 17 años, el exceso de peso es del 25,5%. Este factor de riesgo cardiovascular aparece asociado a las clases sociales más desfavorecidas y con menos estudios.
ConclusionesLa prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil en España sigue siendo muy alta (cercana al 40%), pero no ha crecido en los últimos 12 años.
Palabras clave
Las enfermedades cardiovasculares son una de las primeras causas de mortalidad y hospitalización en España y una fuente importante de gasto sanitario. Cada año se producen aproximadamente 120.000 muertes por esta causa y en 2006 se generaron más de 5 millones de estancias hospitalarias1–3. La lucha contra las enfermedades cardiovasculares actualmente está centrada sobre todo en el desarrollo de medidas de prevención secundaria y terciaria. Sin embargo, la actuación sobre factores de riesgo modificables y presentes en el sujeto durante largo tiempo, en algunos casos desde la infancia —como la obesidad—, no se ha convertido en prioritaria hasta el momento.
La obesidad es un problema médico y de salud pública de primer orden4. En numerosos estudios se ha documentado una fuerte relación entre obesidad y enfermedad cardiovascular5–13.
Cuando se habla de obesidad y enfermedad cardiovascular, no sólo hay que pensar en obesidad en la edad adulta, sino también en edades más tempranas13,14. En la infancia y la adolescencia, el exceso de peso está asociado directamente con concentraciones plasmáticas elevadas de insulina, lípidos y lipoproteínas y con hipertensión arterial15, y puede ocasionar la aparición prematura de enfermedades cardiovasculares en los adultos16–20.
El crecimiento mundial del sobrepeso y la obesidad en la infancia y la adolescencia en las últimas décadas ha sido espectacular2,3. Se estima que alrededor de un tercio de los niños padecen exceso de peso21. La prevalencia de obesidad infantil en España se encuentra entre las mayores de Europa, junto con Malta, Italia, Reino Unido y Grecia22–24. El informe SESPAS (Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria) 2010 refería valores de exceso de peso infantil del 35% (el 20% de sobrepeso y el 15% de obesidad). Estamos, pues, ante un factor de riesgo de magnitud cada vez mayor y de enorme trascendencia, cuya tendencia debería ser vigilada de manera sistemática y rigurosa. En este sentido, son frecuentes las debilidades metodológicas en la definición de obesidad, su medición y la selección de la muestra.
En cuanto a la definición de obesidad infantil, no existe un criterio consensuado para establecer sobrepeso u obesidad a partir del índice de masa corporal (IMC). Los dos criterios que gozan de mayor aceptación internacional son el propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS)25 (sobrepeso: valores de IMC, específicos por sexo y edad, > +1 desviación típica en la población de referencia explicitada en el artículo citado; obesidad: valores de IMC, específicos por sexo y edad, > +2 desviaciones típicas) y el postulado por la International Obesity Task Force (IOTF)26 (con puntos de corte para establecer el sobrepeso o la obesidad infantil específicos para cada valor y sexo, en función de la población de referencia que se detalla en el artículo citado). En España, además, está extendido el uso de las tablas publicadas por la Fundación F. Orbegozo27,28, que son las utilizadas en el estudio enKid29,30 (que evalúa los hábitos alimentarios y el estado nutricional de la población infantil y juvenil en España [1998-2000] y considera como puntos de corte los valores correspondientes al percentil 85, sobrepeso, y el percentil 95, obesidad, específicos por edad y sexo), estudio de referencia nacional en lo concerniente a obesidad infantil, hábitos dietéticos y estilos de vida de niños y jóvenes. A la falta de una definición consensuada de obesidad que dificulta la comparación entre estudios hay que añadir que con frecuencia los datos disponibles proceden de investigaciones, fundamentalmente encuestas de salud, en los que el peso y la talla no se miden directamente, sino que se basan en estimaciones declaradas por los participantes o sus responsables, con el consiguiente sesgo tendente a subestimar la prevalencia de obesidad31–37. En España, los últimos dos estudios, de ámbito nacional, con utilización de medición directa de peso y talla, son el estudio enKid, realizado entre los años 1998 y 2000 en la población comprendida entre los 2 y los 24 años, y el reciente estudio ALADINO38 (estudio de vigilancia del crecimiento, ALimentación, Actividad física, Desarrollo INfantil y Obesidad), cuyo trabajo de campo se ha desarrollado entre octubre de 2010 y mayo de 2011 y se ha circunscrito al universo de niños de ambos sexos entre 6 y 9,9 años de edad.
En este contexto se diseñó esta investigación, independiente de las dos citadas (enKid y ALADINO), con el objetivo de determinar la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil en 2012 en España, sobre la base de mediciones directas y estandarizadas del peso y la talla, en función de las principales definiciones vigentes de obesidad infantil.
MÉTODOSSe realizó un estudio observacional y transversal sobre una muestra probabilística de base poblacional. La población de estudio estaba compuesta por niños y adolescentes de ambos sexos con edades comprendidas entre 8 y 17 años y residentes en hogares familiares de la España peninsular. El trabajo de campo se desarrolló desde el 10 de abril hasta el 31 de mayo de 2012.
Se utilizó un muestreo probabilístico complejo, estratificado por conglomerados, polietápico, con selección de las unidades primarias de muestreo (municipios) y de las unidades secundarias (secciones censales) con probabilidad proporcional a la medida de su tamaño, y de las unidades terciarias (hogares) y de las unidades últimas (individuos), por un sistema combinado de rutas-itinerarios aleatorias y cuotas de sexo y edad. Los estratos poblacionales se formaron por el cruce de las 15 comunidades autónomas peninsulares con el tamaño de hábitat, dividido en cinco categorías: ≤ 2.000; 2.001-10.000; 10.001-50.000; 50.001-200.000, y > 200.000 habitantes. La afijación muestral fue proporcional al tamaño de los estratos. Asimismo, los dos grupos de edad de los menores estudiados (8-13 y 14-17 años) se distribuyeron en la muestra con igual porcentaje que en la población.
Las mediciones del peso y la estatura se realizaron en presencia de la persona adulta responsable de la alimentación del menor objeto de estudio (en su inmensa mayoría, la madre, el padre o tutor), que fue quien contestó a las preguntas sociodemográficas (mediante entrevista asistida por ordenador en soporte Computer Assisted Personal Interview). Se utilizó una báscula y un tallímetro para la recogida de medidas antropométricas de los diferentes miembros del hogar, siguiendo un protocolo de medición específico. Los modelos concretos utilizados fueron: a) báscula Tefal® PP1027 A9, y b) tallímetro Soehnle® profesional 5002.01.001. El IMC se determinó aplicando la fórmula resultante de dividir el peso expresado en kilogramos por el cuadrado de la talla en metros.
Las variables incluidas en el estudio tenían inicialmente los siguientes niveles: a) grupo de edad del niño: 8-13 años, 14-17 años; b) sexo del niño: varón, mujer; c) nivel de hábitat de la unidad familiar: ≤ 2.000; 2.001-10.000; 10.001-50.000; 50.001-200.000, y > 200.000 habitantes; d) nivel de estudios del responsable de la alimentación del menor: especificando todos los cursos completados correspondientes a educación primaria, educación secundaria obligatoria, bachillerato, formación profesional o ciclos universitarios, de grado o posgrado; e) situación laboral del responsable de la alimentación del menor: trabaja, está en el paro y ha trabajado antes, busca el primer empleo, jubilado (trabajó anteriormente), sus labores (ama de casa), estudiante, incapacidad, invalidez permanente, otros, y f) ocupación de padre, madre o tutor: se seleccionó la mayor según la Clasificación Nacional de Ocupaciones 2011. Posteriormente se recodificaron algunas variables, como se puede constatar en la tabla, debido al reducido número de observaciones en algunas categorías o al comportamiento similar de alguna de ellas respecto de la variable dependiente.
Se han calculado las prevalencias de sobrepeso y obesidad, con sus correspondientes intervalos de confianza del 95% (IC95%), para datos generales. Los intervalos de confianza se han calculado aplicando técnicas de bootstrap39, basadas en 1.000 muestras. Las comparaciones de proporciones se realizaron mediante el estadístico de la χ2 si se daban las condiciones de aplicación o, en su defecto, el estadístico exacto de Fisher. Para la realización de los análisis estadísticos se ha utilizado el paquete SPSS versión 18.
RESULTADOSDe los individuos pertenecientes a la población de estudio con los que se contactó, la tasa de colaboración (personas que respondieron el cuestionario y se sometieron a las mediciones correspondientes) fue del 80%. El tamaño muestral final fue de 978 sujetos.
La tabla contiene las estimaciones puntuales de las prevalencias de sobrepeso y obesidad de niños y adolescentes de ambos sexos, según los criterios de la OMS, la IOTF y el estudio enKid, basados en las tablas de la Fundación F. Orbegozo, para la población total de estudio en función de las variables sociodemográficas consideradas. En dicha tabla podemos observar que el patrón de datos de obesidad que aparece con los criterios de la IOTF es muy similar al encontrado a partir de los criterios de la OMS, aunque dichos porcentajes son sistemáticamente algo inferiores a los proporcionados por esta. Con ambos criterios, los de la OMS y los de la IOTF, los valores de la prevalencia de sobrepeso suelen duplicar o triplicar (a veces, cuadruplicar) los de obesidad, y ello para todas las variables sociodemográficas estudiadas. Sin embargo, cuando se aplican los criterios de enKid, se invierte el patrón de datos, en el sentido de que las prevalencias de sobrepeso suelen ser parecidas o incluso inferiores a los de obesidad.
Prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población infantil y adolescente de España según los criterios de la Organización Mundial de la Salud, la International Obesity Task Force y el enKid, 2012
OMS | IOTF | enKid | |||||||
Sobrepeso, % (n) | Obesidad, % (n) | p* | Sobrepeso, % (n) | Obesidad, % (n) | p* | Sobrepeso, % (n) | Obesidad, % (n) | p* | |
Total | 26,0 (254) | 12,6 (123) | < 0,01 | 22,3 (218) | 8,6 (84) | < 0,01 | 8,9 (87) | 13,8 (135) | < 0,05 |
Edad (años) | |||||||||
8-13 | 30,7 (198) | 14,7 (95) | < 0,01 | 25,3 (164) | 9,6 (62) | < 0,01 | 9,3 (60) | 14,7 (95) | > 0,43 |
14-17 | 17,0 (56) | 8,5 (28) | 16,4 (54) | 6,7 (22) | 8,2 (27) | 12,1 (40) | |||
Sexo del menor seleccionado | |||||||||
Varones | 28,6 (140) | 12,9 (63) | > 0,15 | 24,6 (121) | 7,7 (38) | > 0,17 | 7,9 (39) | 11,2 (55) | <0,05 |
Mujeres | 23,5 (114) | 12,3 (60) | 20,0 (97) | 9,5 (46) | 9,9 (48) | 16,5 (80) | |||
Nivel de estudios de la persona responsable de la alimentación del menor | |||||||||
Hasta enseñanza general básica completa o formación profesional I | 25,3 (136) | 15,8 (85) | < 0,01 | 23,7 (128) | 10,9 (59) | < 0,01 | 10,6 (57) | 17,4 (94) | < 0,01 |
Bachillerato o formación profesional II | 25,9 (69) | 7,9 (21) | 18,0 (48) | 4,9 (13) | 6,0 (16) | 8,6 (23) | |||
Universitarios (diplomatura o licenciatura) | 28,7 (39) | 8,1 (11) | 23,5 (32) | 5,1 (7) | 8,1 (11) | 8,1 (11) | |||
Situación laboral de la persona responsable de la alimentación del menor | |||||||||
Trabaja | 30,0 (143) | 11,1 (53) | < 0,01 | 24,5 (117) | 7,8 (37) | < 0,05 | 9,6 (46) | 13,2 (63) | > 0,12 |
En paro | 20,7 (28) | 20,0 (27) | 20,7 (28) | 14,8 (20) | 9,6 (13) | 20,0 (27) | |||
Sus labores | 22,9 (69) | 11,3 (34) | 22,2 (61) | 6,3 (19) | 7,6 (23) | 11,6 (35) | |||
Clase social del menor en función de la ocupación del cabeza de familia | |||||||||
Directivos, profesionales y científicos | 24,3 (17) | 4,3 (3) | < 0,01 | 20,0 (14) | 2,9 (2) | < 0,05 | 5,7 (4) | 5,7 (4) | < 0,05 |
Técnicos y empleados | 33,3 (37) | 9,9 (11) | 27,0 (30) | 5,4 (6) | 9,9 (11) | 11,7 (13) | |||
Trabajadores | 26,2 (108) | 16,0 (66) | 22,5 (93) | 12,1 (50) | 10,4 (43) | 17,2 (71) | |||
Tamaño del hábitat de residencia del menor | |||||||||
≤ 2.000 hab. | 28,6 (14) | 14,3 (7) | > 0,83 | 18,4 (9) | 10,2 (5) | > 0,60 | 6,1 (3) | 16,3 (8) | > 0,40 |
2.001-10.000 hab. | 28,5 (41) | 12,5 (18) | 23,6 (34) | 7,6 (11) | 11,1 (16) | 12,5 (18) | |||
10.001-50.000 hab. | 23,8 (66) | 11,9 (33) | 22,0 (61) | 7,6 (21) | 7,9 (22) | 11,2 (31) | |||
50.001-200.000 hab. | 27,8 (66) | 10,5 (25) | 25,3 (60) | 6,8 (16) | 11,0 (26) | 13,1 (31) | |||
> 200.000 hab. | 24,9 (67) | 14,9 (40) | 19,9 (54) | 11,4 (31) | 7,4 (20) | 17,3 (47) |
Hab.: habitantes; IOTF: International Obesity Task Force; OMS: Organización Mundial de la Salud.
Según los criterios de la OMS, para la población española de 8–17 años, ambos inclusive, la estimación puntual de la prevalencia de sobrepeso fue del 26,0% (IC95%, 23,2-28,8%); la de obesidad, del 12,6% (IC95%, 10,7-14,8%), y la de exceso de peso (sobrepeso más obesidad), del 38,6% (IC95%, 35,5-41,6%). Los problemas de obesidad fueron mayores para el grupo de 8-13 años que para el de 14-17: el 30,7% de sobrepeso y el 14,7% de obesidad en el primer grupo, frente al 17,0 y el 8,5%, respectivamente, en el segundo (p < 0,01).
Por sexo, los niños españoles presentaron el 28,6% de sobrepeso y el 12,9% de obesidad, mientras las niñas, el 23,5 y el 12,3% respectivamente. Tampoco se encontraron diferencias estadísticamente significativas en España en el sobrepeso y la obesidad de los niños y adolescentes de ambos sexos en función de los niveles de hábitat. El nivel de estudios del responsable de la alimentación del niño (la madre en el 85% de las ocasiones y el padre en el 14%) está estadísticamente asociado con la prevalencia de obesidad o sobrepeso. En particular, el mayor porcentaje de obesidad infantil se da en los responsables de la alimentación y cuidado de los niños cuyos niveles de estudios más altos alcanzados son enseñanza general básica o formación profesional de primer grado.
Se observa mayor prevalencia de obesidad, estadísticamente significativa, en las clases sociales inferiores y en hijos de padres en paro, comportamiento común con independencia de los criterios utilizados para definir los problemas de peso.
Con la finalidad de reflejar la evolución de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes entre 2000 y 2012 en España, la figura compara los resultados del estudio enKid (1998-2000) y nuestros datos de 2012 según los criterios aplicados por el estudio enKid basados en las tablas de referencia de la Fundación F. Orbegozo. Se comprueba que en ambos grupos de edad (8-13 y 14-17 años) las prevalencias de obesidad y sobrepeso son similares, pero con una ligera tendencia a disminuir en 2012.
DISCUSIÓNEl 38,6% de los niños y adolescentes españoles de ambos sexos entre 8 y 17 años presentan problemas de exceso de peso según los criterios de la OMS. Esto significa que aproximadamente 4 de cada 10 jóvenes españoles están expuestos desde etapas muy tempranas a factores de riesgo cardiovascular potencialmente modificables y con efectos en su salud tanto a corto como a largo plazo. Este problema se acentúa en los de menor edad y situaciones de peor nivel socioeconómico, lo que contribuye a incrementar las desigualdades en salud presentes y futuras.
Estudios recientes han revelado diferencias apreciables en obesidad y sobrepeso entre diferentes países de Europa40,41. En un estudio transversal publicado en 2011 sobre peso y talla medidos en niños de 10–12 años de siete países europeos42, las diferencias en exceso de peso (sobrepeso más obesidad) oscilaron entre el 44,4% de los varones en Grecia hasta el 13,5% de las mujeres en Bélgica. España, por lo tanto, presenta valores altos, de los mayores de Europa, y similares a los de Estados Unidos (paradigma de la pandemia mundial de obesidad), cuya prevalencia de exceso de peso fue del 37,1% de los niños de 6-11 años y del 34% de los de 12-19 años43,44.
Los datos del informe SESPAS 2010 cifraban el exceso de peso en un 35%. Comparados con los nuestros, se estaría produciendo una ligera tendencia al alza. Ahora bien, cuando se quiere analizar la tendencia del problema del exceso de peso en población infantil en España y otros países, nos encontramos con dificultades comunes, relacionadas con la propia definición de obesidad utilizada en cada uno de los estudios y su medición. Son pocos los estudios basados en la medición física directa del peso y la estatura de los niños y adolescentes en España, y los estudios derivados de datos que proceden de la percepción que los padres tienen del peso y la talla de sus hijos, que constituyen la mayoría, tienden a subestimar el IMC, resultado de una estimación a la baja del peso y una sobrestimación de la talla. En España, tanto el estudio enKid, realizado entre 1998 y 2000, como el estudio ALADINO, desarrollado entre octubre de 2010 y mayo de 2011, trabajan con mediciones directas. La realización seriada de estudios como estos permitiría conocer la tendencia de la prevalencia de obesidad infantil en población española con el paso del tiempo. Sin embargo, las características de las poblaciones de estudio y los criterios de sobrepeso y obesidad que se utilizan en estos estudios dificultan la comparación.
Cuando aplicamos los criterios del enKid a nuestros datos de 2012 y comparamos las prevalencias de obesidad actuales con las procedentes del estudio enKid de 2000, utilizando en ambos casos como población de referencia la que aparece reflejada en las tablas de la Fundación F. Orbegozo, parece que los niveles de sobrepeso y obesidad se han estabilizado o incluso han disminuido, siquiera ligeramente. Si ello fuera así, no podemos olvidar que las estimaciones derivadas de la utilización de los criterios del enKid y las tablas de esta fundación aplicados a nuestros datos (el 22,7% de exceso de peso) son bastante inferiores a los que se obtienen de utilizar bien los criterios de la IOTF (30,9%) o los de la OMS (38,6%), con sus correspondientes poblaciones de referencia, para la franja de edad de 8-17 años.
En cuanto a las variables sociodemográficas que hemos utilizado para desagregar las prevalencias, en la mayoría de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) los niños, al igual que en nuestro estudio, muestran porcentajes de sobrepeso y obesidad mayores que las niñas (salvo en los países nórdicos europeos, como Suecia, Noruega y Dinamarca). Asimismo, la obesidad predomina, como indican nuestros datos, entre los pobres y quienes tienen menor nivel de educación45–48.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades sanitarias y los profesionales por controlar y reducir las altas prevalencias de exceso de peso en todas las edades, y en particular en los niños y jóvenes (por su gran repercusión en las edades adultas y por el potencial existente para desarrollar hábitos preventivos), los datos parecen indicar que se está fracasando en el intento. El reciente informe de la OCDE de 201244 parece indicarlo también. El ciclo asociativo entre los factores de riesgo cardiovascular en general, la obesidad en particular y las enfermedades cardiovasculares como primera causa de muerte en los países desarrollados impone la necesidad de extremar los esfuerzos para diseñar y ejecutar políticas públicas de salud que acierten a reducir este dramático problema, con el objetivo fundamental de salvar miles de vidas humanas todos los años y mejorar la salud y el bienestar de los ciudadanos y el secundario de ahorrar millones de euros a la sociedad. En cualquier caso, es necesaria la realización de estudios periódicos, estandarizados y adecuados metodológicamente que nos permitan monitorizar con precisión la magnitud y la evolución de la obesidad infantil y juvenil, problema modificable, evitable, puesto que en la inmensa mayoría de los casos tiene una causa exógena, determinada por el balance calórico, relacionado con la dieta y la actividad física.
LimitacionesEntre las limitaciones del estudio debemos considerar que, aunque el IMC es un indicador ampliamente aceptado y utilizado en los estudios epidemiológicos de prevalencia de obesidad, no deja de ser un indicador indirecto que tiende a subestimar los valores reales de obesidad, sobre todo en la etapa infantojuvenil49. Además, hay controversia sobre los criterios que utilizar para definir la obesidad y el sobrepeso infantil y juvenil a partir del IMC y sobre qué población de referencia es la más adecuada. En este estudio, se han utilizado los dos criterios y poblaciones de referencia internacionalmente más aceptados (OMS e IOTF) y otro de uso extendido en el ámbito español (criterios del estudio enKid sobre tablas de referencia de la Fundación F. Orbegozo).
CONCLUSIONESLa población española de 8-17 años de edad en 2012 tiene una prevalencia de sobrepeso del 26,0% y de obesidad del 12,6%, lo que supone que aproximadamente 4 de cada 10 jóvenes españoles de estas edades padecen este factor de riesgo cardiovascular que es el exceso de peso.
La prevalencia de exceso de peso es ligeramente superior en niños que en niñas, muy superior en el grupo de 8-13 años, y también se asocia con las clases sociales o niveles de estudios inferiores, con independencia de los criterios utilizados para definir la obesidad.
Con las salvedades y prevenciones metodológicas pertinentes, parece que en España la magnitud del problema se ha estabilizado en la última década, pero en valores demasiado elevados.
FINANCIACIÓNMinisterio de Economía y Competitividad del Reino de España (Acción Estratégica en Salud), Instituto de Salud Carlos III-FEDER. Expte. PI10/02018.
CONFLICTO DE INTERESESNinguno.