El ajuste de tasas es una técnica empleada para eliminar el efecto que con el paso del tiempo distintas estructuras de edad de poblaciones diferentes1 no pueden tener en las tasas de mortalidad o morbilidad, a la vez que presenta un índice resumido de las tasas de mortalidad específicas por edad2.
Sin embargo, la elección de la población de referencia con la que estandarizar las tasas por edad puede alterar la tendencia de las tasas ajustadas. Por ejemplo, un estudio sobre mortalidad por cáncer en Estados Unidos indicó que entre 1980 y 1988 la mortalidad ajustada por edad disminuyó un 0,1% empleando como referencia la población de 1940, aumentó un 1,5% empleando la población de 1980 y aumentó un 2,5% si era la población proyectada para el año 20503.
Otra limitación del ajuste por edad es que no es apropiado cuando las tasas específicas en las poblaciones que se estén comparando no presenten una relación consistente2.
Si se comparan 2 poblaciones, las tasas específicas de los casos que ocurren en las edades avanzadas tienen un valor muy superior a las de las edades jóvenes4. Es decir, puede ser incorrecto comparar tasas ajustadas por edad si en una población las tasas específicas por edad se concentran en un grupo (los muy ancianos), mientras que en la otra población la distribución de la mortalidad por estratos de edad está más repartida o afecta a grupos de edad más jóvenes.
En el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, la estructura por grupos de edad no cambió sustancialmente en el periodo 2001-2015, al tiempo que las tasas de hospitalización por insuficiencia cardiaca en todo el periodo se concentraron en personas de más de 80 años (mediana, 82). Por lo tanto, no se presentaron tasas estandarizadas por edad con el fin de no dar una información que, más que aclarar, confundiera, máxime cuando el objetivo era evaluar los cambios en la tendencia de las tasas de hospitalización y mortalidad hospitalaria.