ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 59. Núm. 2.
Páginas 184 (Febrero 2006)

A propósito del Día Mundial del Corazón

Concerning World Heart Day

Alberto Morales SalinasaAntonio Cocab

Opciones

Sr. Editor:

Desde el año 2000, en el último domingo de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón con el objetivo de concienciar a la población acerca de la importancia de las enfermedades cardiovasculares (ECV), así como para promover su control. La efeméride surgió por iniciativa de la Federación Mundial del Corazón y cuenta con los patrocinios de la Organización Mundial de Salud (OMS) y la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO)1.

Actualmente, las ECV causan la muerte de unos 17 millones de personas al año, lo cual representa casi la tercera parte de todas las muertes del mundo2, y es probable que estas cifras aumenten en los próximos años. Esto será especialmente cierto en los países «en desarrollo», que todavía no han superado la «primera ola» de ECV (cardiopatía reumática y enfermedad de Chagas como resultado de infecciones) y que ya se encuentran bajo los efectos de la «segunda ola», la cardiopatía isquémica. La incidencia de enfermedad coronaria en estos territorios aumentará debido al incremento de la esperanza de vida y a la elevada prevalencia de factores inadecuados en el estilo de vida (tabaquismo, introducción de «comida rápida», menor actividad física, etc.)1.

Según el Dr. Robert Beaglehole, Director del Departamento de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de la OMS, «la vieja idea de que las enfermedades cardiovasculares sólo afectan a varones de mediana edad, estresados y con exceso de peso, de los países desarrollados, ya no es válida. En la actualidad, varones, mujeres y niños están en situación de riesgo, y el 80% de la carga se encuentra en los países de ingresos medianos y bajos»3. Baste agregar que de acuerdo con el «Informe sobre la salud en el mundo» del año 20034, en todas las regiones de la OMS, salvo en África, las defunciones por enfermedades no transmisibles (ENT) superaron a las causadas por enfermedades transmisibles. Las ECV son las causantes del mayor porcentaje de la mortalidad por ENT y conllevan una elevada morbilidad y discapacidad, lo cual representa un elevado coste humano, social y económico.

Teniendo en cuenta lo anterior, debemos señalar que los esfuerzos que se realizan con vistas a reducir la morbilidad y la mortalidad prematura por ECV son insuficientes. Puede tomarse como ejemplo el hecho de que ninguno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud y formulados en la Asamblea General de Naciones Unidas en el año 2000 haga referencia a la prevención y el control de las ECV5. Por otro lado, los mayores progresos no deberán realizarse en el campo de la tecnología, sino en el terreno de la promoción y la prevención. Para ello es de vital importancia la incorporación de la «Educación para la salud» como un contenido independiente de la enseñanza en todos los ámbitos, y no como un añadido curricular o extracurricular de otras asignaturas. La escuela debe preparar integralmente al hombre para la vida, no tiene sentido que se enseñe sobre las teorías de Newton o Einstein y no sobre cómo vivir «más» y «mejor». La respuesta a la pregunta: ¿cuáles son los valores normales de presión arterial, glucemia y colesterol?, no debería constituir un enigma para nuestra población. No se podrá aumentar la percepción de riesgo en quienes se encuentran ignorantes ante el peligro, ni tampoco se podrá lograr que los individuos soliciten precozmente los servicios médicos ante un evento cardiovascular agudo si la población desconoce las manifestaciones clínicas sugestivas de la enfermedad, así como sus potenciales implicaciones.

Señor Editor, no se trata de negar la catástrofe que representan en muchos países las enfermedades transmisibles, sino de alertar sobre la situación actual de las ECV. Para representar mejor la magnitud del problema, se puede hacer la hipotética comparación de que durante los 6 años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1941) fallecieron cerca de 55 millones de personas6, mientras que en los primeros 6 años que llevamos «celebrando» el Día Mundial del Corazón se calcula que han fallecido por ECV aproximadamente 100 millones de individuos. No resulta entonces descabellado afirmar que en «el frente» de las ECV también estamos en pleno combate y que cada mala decisión o indecisión cuesta numerosas vidas. Por ello, creemos que no hay mucho que festejar y sí mucho que trabajar en torno a la prevención de las ECV. En cualquier caso, el Día Mundial del Corazón constituye una magnífica oportunidad para reflexionar y realizar iniciativas sobre el tema. Éstas no deberán consistir en un gesto aislado del personal de salud, sino más bien en una actividad de educación sanitaria permanente, en la que participen de manera consciente y mancomunada todas las «fuerzas» de la sociedad.

Bibliografía
[1]
Día Mundial del Corazón. Disponible en: http://www.minsa.gob.pe/portalminsa/efemerides/detalle.asp? ecodigo=62
[2]
World Heart Day..
A World Heart Federation Enterprise promoting the prevention of heart disease and stroke across the world..
Circulation, (2003), 108 pp. 1038-40
[3]
2004. Disponible en: www.worldheart.org/pdf/press.releases. who.cvd.atlas.spanish.pdf
[4]
2003. Disponible en: http://www.who.int/ whr/2003/es/index.html
[5]
Disponible en: http://www.who.int/mdg/es/
[6]
Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta 2005.
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