Tradicionalmente, a la hora de dividir el cuerpo humano en sus grandes unidades estructurales y funcionales, en español era costumbre distinguir de forma clara entre las encargadas de la coordinación e integración funcional del cuerpo humano, que llamábamos sistemas (pienso, por ejemplo, en el sistema nervioso, el sistema endocrino, el sistema inmunitario o el sistema hemolinfático), y el resto, que llamábamos aparatos (y pienso, por ejemplo, en el aparato digestivo, el aparato respiratorio, el aparato urinario, el aparato locomotor, el aparato reproductor y tantos otros).
En inglés, en cambio, tal distinción no tiene tradición, y para ellos lo normal es hablar de system en todos los casos. La cosa no plantea mayor dificultad cuando se trata de nuestros sistemas. Porque al sistema nervioso lo llaman en inglés nervous system; al sistema endocrino, endocrine system; y al sistema inmunitario, immune system.
Pero con los aparatos la cosa se complica, y mucho. Es el caso, en cardiología, de la expresión cardiovascular system. Aun cuando la enorme presión del inglés sobre nuestro lenguaje especializado ha conseguido que ya a nadie extrañe la expresión ‘sistema cardiovascular’, conviene no olvidar que la forma tradicional de llamarlo en nuestra lengua era aparato cardiovascular o, tal vez con mayor frecuencia aún, aparato circulatorio.
A pocos extraña ya también que, debido a la presión del inglés, veamos con frecuencia creciente términos como *sistema alimentario*, *sistema digestivo* o *sistema gastrointestinal* donde tradicionalmente decíamos ‘aparato digestivo’; *sistema genitourinario* o *sistema urogenital* donde tradicionalmente decíamos ‘aparato urogenital’; *sistema musculoesquelético* donde tradicionalmente decíamos ‘aparato locomotor’; *sistema reproductor* donde tradicionalmente decíamos ‘aparato reproductor’ o ‘aparato genital’; y *sistema pulmonar* o *sistema respiratorio* donde tradicionalmente decíamos ‘aparato respiratorio’.
Cuando lo cierto es que podría ser bueno, me parece, seguir manteniendo la distinción tradicional entre aparato y sistema; por respeto a nuestra propia tradición terminológica, desde luego, pero también por motivos de precisión y claridad.
Esto que comento no quiere decir, por supuesto, que en inglés no exista la palabra apparatus, también en anatomía. Existe, claro, pero la usan habitualmente con un sentido considerablemente distinto: llaman acoustic apparatus o auditory apparatus, por ejemplo, al órgano del oído; biliary apparatus, a las vías biliares, y ciliary apparatus, al cuerpo ciliar. Nada que ver, pues, con nuestros aparatos, que son para ellos systems.
Fernando A. Navarro
Consejo Editorial, Revista Española de Cardiología
Obras de referencia recomendadas:
Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico (3.ª edición), 2013-2022, en la plataforma Cosnautas disponible en www.cosnautas.com/es/catalogo/librorojo.
«Laboratorio del lenguaje» de Diario Médico, 2006-2022, disponible en www.diariomedico.com/opinion/fernando-navarro.html.