El Grupo de Trabajo de Código Infarto de la Asociación de Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología agradece los comentarios sobre el Registro de Código Infarto ACI-SEC1 que hacen Fiol et al. y comparte sus reflexiones sobre la importancia del electrocardiograma (ECG) dentro de las redes de infarto. Creemos importante aportar más información sobre 5 aspectos del registro.
Si bien hubo un 5% de pacientes sin información del ECG inicial, el diagnóstico del 62% de estos fue infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMCEST) (en el 31% fue un diagnóstico no cardiológico).
Aunque hubo un 12% de falsos positivos clínicos tras una activación adecuada, un análisis del Codi Infart de Catalunya halló un 15% de falsos positivos angiográficos y un 12% de falsos positivos clínicos2, similar a lo observado en el registro. En nuestra serie, los falsos positivos con activación adecuada tuvieron diagnóstico final de IAMCEST (16%), síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST (22%), miopericarditis (9%), disfunción apical transitoria (4%), disección aórtica (5%) y otros diagnósticos no cardiológicos (44%).
Respecto al retraso diagnóstico según el primer contacto médico (PCM), hubo diferencias significativas (p<0,001) en todos los tiempos entre los distintos PCM, y los pacientes atendidos por el servicio de emergencias médicas presentaron un menor tiempo de isquemia.
No se dispuso del tiempo entre el ECG y la activación del código, pero el tiempo entre el PCM y el ECG fue una mediana de 7 [4-15] min y entre el PCM y la activación del código, 15 [7-40] min, por lo que se puede inferir que se tardó más en analizar el ECG, establecer el diagnóstico y activar el código que en hacer el ECG.
Respecto a la importancia de la interpretación del ECG para establecer el diagnóstico, los casos con retraso diagnóstico no justificado fueron diferentes según el ECG (el 13% en elevación del segmento ST; el 34% sin elevación del segmento ST; el 14% en bloqueo de rama izquierda; el 43% en bloqueo de rama derecha y el 43% en sospecha de infarto posterior; p <0,001).
FINANCIACIÓNNinguna.
CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORESRedacción del manuscrito (O. Rodríguez), análisis estadístico (X. Rosselló y O. Rodríguez), supervisión del manuscrito (A.B. Cid, X. Rosselló y A. Pérez).
CONFLICTO DE INTERESESA. Pérez de Prado ha recibido remuneraciones personales de iVascular, Boston Scientific, Terumo, Braun y Abbott Vascular. Los demás autores no han comunicado conflictos de intereses en relación con el contenido de este artículo.