Hemos leído con interés la carta de Vannini et al. en la cual se comenta nuestro trabajo1 sobre la respuesta ventilatoria durante las pruebas de esfuerzo en una población de pacientes con síntomas de COVID-19 persistente. Agradecemos a los autores por las observaciones y los comentarios aportados.
Comprendemos la importancia de incluir en la valoración del consumo de oxígeno, datos de espirometría con pruebas de capacidad de difusión del monóxido de carbono (DLCO), ya que se ha informado que un 43% de pacientes con secuelas por el SARS-CoV-2 presentan una DLCO<80% de lo previsto2. Somos conscientes de esta limitación en nuestro trabajo y agradecemos su comentario para mejorar nuestra investigación en el futuro.
En cuanto a la ausencia de un análisis por subgrupos (p. ej.: obesos frente a no obesos, o entrenados frente a no entrenados) para explicar nuestros hallazgos previos1, en la figura 1, mostramos nuevamente que la ineficiencia ventilatoria es independiente del estado nutricional o los niveles de actividad física. No estamos de acuerdo en que el protocolo usado en nuestro estudio «puede ser mal tolerado por los pacientes menos entrenados y con síntomas de fatiga crónica» sugiriendo adaptaciones para alcanzar mejor tolerancia al ejercicio. Como se menciona previamente1, el tiempo medio en las pruebas de ejercicio fue de 13,0min y, esta pequeña diferencia, todavía conserva la relación entre el VO2, la carga de trabajo y la frecuencia cardiaca durante la prueba de esfuerzo cardiopulmonar.
Comparación entre los niveles de actividad física (A) y estado nutricional por IMC (B) y categorías de desempeño ventilatorio. La puntuación de criterios de desempeño ventilatorio se deriva de la suma de los criterios alterados y posteriormente se clasifica como: sin limitación ventilatoria (sin criterios alterados), limitación media (1-2 criterios alterados) y limitación alta (más de 3 criterios alterados). Los valores se expresan en porcentaje (%) y las diferencias se determinaron mediante la prueba χ2 de contingencia.
Estamos de acuerdo en que los mecanismos fisiopatológicos de las secuelas de la COVID-19 siguen siendo inciertos, y creemos que rehabilitación, basada en el ejercicio físico, es un pilar fundamental para el tratamiento de varios síntomas persistentes, como ha sido demostrado recientemente3. Este fue el motivo que impulsó nuestro estudio4.
FINANCIACIÓNEste trabajo fue subvencionado en parte por una ayuda (PID2020-113098RB-I00) correspondiente a la convocatoria de «Proyectos de I+D+i» de los Programas Estatales de Generación de Conocimiento y Fortalecimiento Científico y Tecnológico del Sistema de I+D+i Orientada a los Retos de la Sociedad, en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2017-2020.
CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORESTodos los autores han contribuido sustancialmente en la redacción, revisión y contenido intelectual del manuscrito.
CONFLICTO DE INTERESESNinguno.