He leído con gran placer el interesante estudio de Rosa et al.1, en el que los autores evaluaron el valor pronóstico del intervalo onda Tpeak-Tend (Tpeak-Tend) global corregido (promedio de los valores de las 12 derivaciones del electrocardiograma [ECG]) a las 48horas del ingreso de 87 pacientes consecutivos, de 72±12 años, con síndrome de tako-tsubo (STT). Los autores observaron que un Tpeak-Tend >108ms era un predictor independiente de arritmias ventriculares (AV) subagudas (pasadas las 48horas del ingreso), definidas como extrasístoles ventriculares ≥ 2.000 en registros de 24 horas con monitorización por telemetría, fibrilación ventricular, taquicardia ventricular (TV) sostenida, TV polimórfica y TV no sostenida. Se constató que tales AV, detectadas durante un periodo medio de 8 días de hospitalización, se asociaban a mayor mortalidad hospitalaria. Se observó que la eficacia predictiva del Tpeak-Tend era superior a la del intervalo estándar QT corregido (QTc), actualmente utilizado en los pacientes monitorizados tras el STT1. Los autores destacan las ventajas de emplear las 12 derivaciones del ECG, en lugar de las derivaciones periféricas o precordiales, para calcular el Tpeak-Tend; también aluden a la hipótesis de que el edema miocárdico (EM) puede ser el origen de las alteraciones en la repolarización y las AV subagudas, por la reentrada o el mecanismo de posdespolarización debido a los gradientes retrasados y dispersos de la repolarización ventricular apicobasal, interventricular y transparietal1, tal como se había propuesto anteriormente2–4. Lamentablemente, solo se dispuso de datos de la resonancia magnética cardiaca para evaluar el EM del 21% de los pacientes, y en consecuencia los autores no pudieron evaluar la relación entre las alteraciones en la repolarización (Tpeak-Tend y QTc) y las AV con el el EM inflamatorio1.
Agradecería la respuesta de los autores a los siguientes puntos: a) el cálculo del T-peak-Tend es laborioso; quizás el Tpeak-Tend global puede calcularse electrónicamente, ya que muchos otros cálculos del ECG (por ejemplo, el QT) están automáticamente disponibles al registrar el ECG en muchos de los electrocardiógrafos actualmente en el mercado; b) para evaluar la viabilidad de tal empresa, quizás los autores podrían comparar los valores de QTc que han determinado manualmente con los calculados por su equipo de registro ECG (EL 280 Resting Electrocardiograph, Welch Allyn, Estados Unidos), tal como se ha hecho anteriormente; c) aunque los autores han hecho un análisis exhaustivo, con una serie muy amplia de variables1, no hay información sobre las distintas variantes morfológicas (apical, interventricular, basal/inversa o focal) halladas en los 87 pacientes con STT; d) lo más probable es que la topografía del EM difiera en intensidad en los fenotipos morfológicos apical y basal-inverso del STT; en el STT medioventricular se ha observado que era más intensa en la pared mediolateral, con inversión de la onda T correspondiente, o prolongación del QTc confinada a las derivaciones laterales del ECG3; e) en consecuencia, sería interesante para los autores1 investigar si el Tpeak-Tend y el QTc globales difirieron en los pacientes con STT apical frente a basal-inverso; f) de aún mayor interés es la cuestión de si el Tpeak-Tend y el QTc, derivados de las derivaciones periféricas, precordiales o individuales (por ejemplo, laterales)3 del ECG, fueron más prolongadas en los pacientes con STT apical, basal-inverso o medioventricular.
FINANCIACIÓNNinguna.
CONFLICTO DE INTERESESNinguno.