Agradecemos la carta de González Gómez et al. respecto al documento de consenso de la Sociedad Española de Cardiología sobre la consulta telemática para el cardiólogo clínico en tiempos de la COVID-191, ya que complementa estupendamente la información que aporta el documento, que se centra en la cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca y arritmias. El seguimiento de los pacientes con valvulopatías y enfermedad aórtica es un área de gran relevancia para el cardiólogo clínico, pero que, por cuestiones de extensión del documento, no se pudo abarcar.
Es interesante que lo autores utilizan el mismo formato que en el documento de consenso, repasan la información que revisar con el paciente en la consulta telemática, qué pacientes precisarían consulta presencial y a cuáles se podría seguir en atención primaria.
Los autores recomiendan las consultas de acto único con ecocardiografía para el seguimiento de estos pacientes, lo cual nos parece lo más oportuno, pero a menudo estos pacientes precisan de pruebas adicionales para completar su valoración, como ecocardiografía transesofágica, tomografía computarizada, cardiorresonancia magnética o cateterismo cardiaco. A nuestro entender, la consulta telemática también puede ser de gran utilidad para informar a los pacientes de los principales resultados de estas pruebas.
Un aspecto discutible sería el seguimiento telemático (o presencial) en cardiología de los pacientes portadores de prótesis mecánicas o biológicas, especialmente tras el primer año del implante, y que han estado estables, que tal vez podrían incluirse en el grupo de pacientes para seguimiento prioritario por atención primaria con el apoyo de cardiología en caso de nuevos síntomas o sospecha de posibles complicaciones, para la realización de un ecocardiograma.
Por último, un aspecto en el que no inciden los autores al no tratarse del tema principal de la carta es la modalidad de los procedimientos para el tratamiento de las valvulopatías, pues la situación actual de pandemia debería ser un motivo adicional para priorizar los procedimientos percutáneos (implante percutáneo de válvula aórtica, MitraClip), siempre que estén indicados, ya que permiten reducir las estancias hospitalarias (y así también el riesgo de contagio) y las necesidades de ingreso en la unidad de cuidados intensivos2.