ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 75. Núm. 11.
Páginas 977 (Noviembre 2022)

Juan Martínez Milla

Andrea Kallmeyer MayorÓscar González Lorenzo

Opciones

«Hay que degustar el tiempo cuando es bueno, fijarse en él y detenerse en él»

Ensayos. Michel de Montaigne

Nuestro querido compañero Juan Martínez Milla era natural de Soria, ciudad en la que vivió su infancia y a la que siempre permaneció arraigado, aunque para cursar los estudios universitarios se trasladó a vivir a Madrid. Movido por una vocación que nunca le abandonaría, estudió Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, destacando ya entonces por una competencia académica y capacidad de motivación que seguirían caracterizándole en los años venideros en el desempeño de todas sus actividades.

Suele decirse que el privilegio de transitar por caminos comunes reside en la posibilidad de que propicien encuentros. Pues bien, así nos sucedió a nosotros, que caminando por la misma senda de la Medicina fuimos agraciados con que Juan eligiera nuestro hospital (Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz) para desarrollar su residencia de Cardiología. De este modo le conocimos y con ello pasó a formar parte perenne de nuestra familia, pues su impronta en nuestro equipo no concluyó con el transcurso de los 5 años de su residencia (2014-2019), sino que, tras completarlos con excelencia, tuvimos el privilegio de que se integrara como médico adjunto de nuestra Unidad Coronaria. Inició, así, una etapa de especialización en cuidados cardiológicos agudos y se convirtió en alguien esencial para el impulso de los mismos en nuestro hospital, contribuyendo con su espíritu emprendedor y su calidad a enriquecer las capacidades de nuestro servicio y a fomentar el trabajo multidisciplinar con compañeros de otros departamentos del hospital, especialmente, con los Servicios de Urgencias, de Medicina Intensiva y de Cirugía Cardiaca.

Quienes tuvimos la suerte de acompañarle desde el comienzo de sus andaduras profesionales —primero como mentores, después como compañeros de unidad y de equipo y siempre como amigos— aprendimos continuamente con y de él y nos contagiamos de su infatigable entusiasmo por nuestra profesión, de su generosidad y de la ilusión e ímpetu con los que afrontaba cada reto y conseguía que toda dificultad se convirtiera en una estimulante oportunidad. Gracias a ello y a su inagotable dedicación fue capaz también de compatibilizar la asistencia clínica con una brillante labor investigadora en colaboración con el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), que comenzó con sus estudios de doctorado, continuó con la publicación de artículos y la obtención en 2020 del título de Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Madrid con calificación cum laude y que proseguía de forma prometedora, por medio de los diversos proyectos de investigación traslacional y clínica que tenía en curso.

Además de estos notables y encomiables méritos profesionales, Juan destacaba tanto o más por sus cualidades personales, abanderadas por su afabilidad y su jovialidad y por una bondad que se intuía con la sola expresión siempre sonriente de su rostro. Con ello, con su vitalidad y calidad humana, Juan engrandeció la vida de quienes estábamos a su alrededor, enseñándonos con su ejemplo que el valor de la misma perdura, precisamente, por hacerla provechosa no solo para uno mismo sino, sobre todo, para los demás; que merece la pena vivir si se vive deteniéndose en todo y procurando que nada nos detenga (como dijo un poeta de su tierra), sin desalentarse cuando de cuidar y de apoyar se trate.

Por todo ello, y por más cualidades que permanecerán indelebles en la memoria de quienes le conocimos bien, su temprana y súbita muerte, a los 33 años de edad este julio de 2022, nos deja sumidos en un hondo dolor y anegados por sentimientos de incomprensión, de contrariedad y de rebeldía ante un destino tan injusto para alguien que tenía toda una vida por delante llena de horizontes posibles y, todos, merecidos. Siendo así, y pese a nuestra enorme pesadumbre, todos los que le quisimos y queremos sabemos que no cabrá permanecer en este lugar de aturdimiento y perplejidad. Somos conscientes de que Juan no lo habría querido así, sino que, al contrario, habría deseado que nuestro ánimo no decayera, que superásemos el debido duelo para seguir trabajando con compañerismo, empatía, pasión y dedicación; como él hacía y como él, desgraciadamente, no podrá seguir haciendo. Juan aunó a su alrededor a una gran familia médica de la que sus compañeros cardiólogos estamos orgullosos de haber formado su núcleo central y a la cual también pertenecían tantos otros compañeros de nuestro hospital, que se unen a nuestro luto. Todos juntos condolemos sentidamente su pérdida, tratando de honrarle y de acompañar a sus seres más queridos, como son su mujer, su padre, su hermana, sus padres políticos y demás amigos y familiares. Todos juntos en un mañana nos fortaleceremos con su recuerdo, reviviéndolo para que nos ayude a seguir siendo como él habría querido que fuésemos.

Querido Juan, seguiremos teniéndote siempre muy presente. Séneca dijo que solo da fruto lo que se cuida de principio a fin. Tu vida fue ejemplo de ello y, por ello, seguirás siempre a nuestro lado.

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