Hemos leído con gran interés el estudio de Solana-Gracia et al. publicado en Revista Española de Cardiología en julio de 20211. En este interesante artículo, los autores ponen de manifiesto la viabilidad, la seguridad y la efectividad del Nit-Occlud Lê VSD (pmf medical, Alemania) en el tratamiento de las comunicaciones interventriculares (CIV), pese a que esta intervención tiene complicaciones frecuentes y graves (cortocircuito residual) tras el cierre de la CIV que no se debería aceptar, en especial en caso de pacientes ancianos y niños2,3. Por desgracia, en algunos pacientes el cortocircuito residual no desaparece a corto plazo y puede continuar causando hemolisis4. Tiene interés señalar que Bu et al.3,5 y Hu et al.6 han puesto de manifiesto en estudios recientes que los cortocircuitos residuales pueden afectar a la estabilidad del dispositivo y agravar la hemolisis mecánica, por lo que, si se detecta cualquier cortocircuito residual (anchura> 2mm; velocidad de flujo> 3,0 m/s), podría ser recomendable la extracción del dispositivo y la conversión a un cierre quirúrgico convencional antes del alta para evitar el alto riesgo de hemolisis persistente. Es de destacar que la ecocardiografía transesofágica (ETE) inmediatamente después del despliegue del dispositivo es la que se considera técnica estándar para el procedimiento de cierre de la CIV3,5,6. La ETE puede aportar una información beneficiosa para la oclusión y puede obtenerse también una nueva imagen para evaluar la efectividad del cierre de la CIV, la posición del dispositivo y el posible cortocircuito residual. Así pues, en general se recomienda la ETE para optimizar la información sobre la forma y el tamaño del defecto y para evaluar el efecto de la intervención5. Tener en cuenta estas cuestiones puede ayudar a reducir la incidencia de cortocircuitos residuales. Además, sería mejor para proporcionar una información básica sobre todos los pacientes con un cortocircuito residual, como el diámetro del defecto, el diámetro del dispositivo utilizado en las intervenciones y la anchura y la velocidad de flujo del cortocircuito residual, para analizar los factores relacionados con la incidencia de este y de la hemolisis. Por otra parte, la hemolisis puede haberse visto agravada por una CIV con múltiples salidas o de mayor tamaño y podría haberse resuelto con el implante de un dispositivo adicional o de un coil para CIV7. Para reducir el alto riesgo de la previsible hemolisis persistente y un cortocircuito residual, se propone seleccionar a los pacientes meticulosamente y excluir a los que presenten una CIV grande y con múltiples salidas, lo cual puede ayudar a mejorar la efectividad y la seguridad de esta intervención. En general, creemos que prestar mucha atención a los problemas mencionados y elaborar estrategias apropiadas puede ser útil para reducir la incidencia de hemolisis y cortocircuito residual en el cierre de la CIV con el dispositivo Nit-Occlud Lê VSD.
FINANCIACIÓNEste estudio contó con el respaldo de la National Natural Science Foundation of China (81873494) y de la Hunan Provincial Innovation Foundation for Postgraduate (CX20190156).
CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORESAmbos autores redactaron y revisaron el manuscrito; H. Bu preparó la bibliografía.
CONFLICTO DE INTERESESNo se declara ninguno.